11 julio 2010

HARTAZGO


Hay pocos días en los que me siento tan de la chingada como hoy. Sí, ya sé que mi vida comúnmente es un basurero lleno de porquerías, pero siempre trato de verle el lado amable y sonreír, limpiarlo y tratar de quitar tanta basura que se le desborda.

Y a veces entre tanto caos me encuentro desesperado, como ahora, me hago tantas preguntas sobre el funcionamiento del mundo, se la miento a Dios por permitir este maldito libre albedrío que hace todo tan complicado, reniego de una sociedad en donde la ignorancia es la reina de todos los males, donde a veces siento que no hay lugar para todos.


Entre esta confusión que traigo de dolor, por la lejanía del ser amado, de la rabia por una madre tan estúpida, de una hermana tan ignorante y manipulada, de unos abuelos indiferentes y ciegos, de una familia señaladora y acusadora, de un padre que ya no me sirve de nada, de unos amigos que olvidan y omiten, del consuelo de una perra que por lo menos se acerca a que le dé una caricia.

Coraje ante la vida por las dificultades económicas, rabia a mi escuela por su estúpida burocracia que cada vez me cierra más las puertas, miedo por no saber que va a ser de mi, harto de tener atada mi vida a unos medicamentos que serán mi eterna compañía, por sentirme tan confuso, por no tener las armas suficientes para sobrepasar esto.


Muchas veces había pensado que había conocido los límites de los sentimientos.

Creí haber sentido dolor aquel día en que mi madre me echo de la casa sin ningún remordimiento y por primera vez me enfrente al mundo con gran miedo. Aquella noche que de verdad Sentí que mi alma era la que lloraba al estar siendo echado de mi vida.


Creí haber conocido la vergüenza cuando fui señalado por toda la familia como un ser denigrante, sin valor ni opinión, cuando a nadie le importo usar palabras para referirse a mí que comúnmente nadie les provocaba.


Creí haber conocido el miedo aquella madrugada cuando esta vez mi padre me corrió sin importarle que iba a ser de mi, y me aterrorice cuando me encontré a medianoche sin un lugar en donde estar, sin recursos y sin ayuda, y me refugie en el aeropuerto por considerarlo seguro.


Creí estúpidamente haber conocido el amor verdadero cuando a mis 16 años me Sentí tan lleno y tan correspondido, tan necesitado y cobijado, cuando por única vez llore por alguien de amor y no de dolor, y por única vez fue más fuerte lo que decía mi corazón que la calentura que irradiaba mi cuerpo.


Creí haber traspasado la lastima aquella noche que vi a mi padre agotado después de discutir, después de retarlo a que me golpeara si eso lo hacía sentir mejor, y lo hizo, y lo vi derrotado, hincado en el suelo y arrastrándose a su cuarto consecuencia de la fatiga que había llevado el esfuerzo, viendo como me miraba con desprecio, detrás de unos ojos llenos de lagrimas.


Creí haber sentido la soledad cuando me encontré solo en mente y espíritu en ese cuarto de Tacuba, cuando entre en depresión y deje de comer, de trabajar y de vivir, cuando me resigne a que mi vida iba a ser así.


Creí haber conocido la tortura cuando de niño mis padres me castigaban de manera cruel, el favorito de mi madre ponerme hincado contra la pared durante horas y mi padre prefería los golpes o trabajos pesados a medianoche.


Ahora me doy cuenta de lo equivocado que estaba, que esos límites se han extendido y que la vida tiene muchas ganas de sorprenderme, de exprimirme y sacar más dolor de aquí.


Anoche llore y sé que habrá muchas noches más en las que lo siga haciendo, y hoy no quiero hacerme faltas expectativas ni engañarme diciendo que mañana será otro día, hoy no quiero basura positiva, hoy quiero empaparme de este dolor, de esta rabia, de este desamor, de esta nostalgia, de este abandono, de esta soledad, de esta frustración, de esta intolerancia, hoy quiero sufrir, así soy yo, quiero que me cale hondo, solo por hoy me lo permito.

Y como siempre, una canción para terminar de cerrar el sentimiento. No tenía una en mente cuando empecé a escribir esto, y casualmente me encontraba oyendo un disco de Tiziano por otras causas, y paso esta canción que nunca le había puesto atención, y fue el empujoncito que necesitaba para terminar llorando. Más exacta no puede ser, hermosa letra.





Cuentas herido las cosas que no te han salido como querías temiendo siempre y solo aparecer peor de lo que sabes realmente ser.

Cuentas precisas que te recuerdan las miradas que has evitado y cuantas la palabras que no has pronunciado por no arriesgarte y fallar.

La casa el día entero, el viaje que has hecho para estar más seguro más cercano a ti mismo pero no, no bastará.

Sientes de nuevo la esquina de aquel valor que te falta que en un segundo vuelve tu mirada más baja y tus razones invisibles.

Cuentas de nuevo los días que sabias no podían esperarte cerraste muchas puertas que no puedes abrir ya y abrazar lo que no tienes más.

La casa, tu ropa, la fiesta y tu sonrisa que se ha ido, luego ha vuelto solo para amarte un poco
Y quererte un poco más....

Pasa toda vida deslizando como fuera una mañana fría en las que te tapas contra tu vergüenza te deslizas otra vez como si no esperaras más que sorprender todas las caras ausentes, distraídas que no entienden tu silencio hay un mundo de intentos tras los ojos transparentes que cerraras.

Y no quieres más errores pero quieres vivir más porque quien no vive deja el rastro del error más grande.


Isaac M. Mendoza
zakitobaby@gmail.com

No hay comentarios: