23 julio 2010

RUBÉN

Hacia tanto tiempo que no lo veía, tanto tiempo que lo extrañaba, tantos días sin recordar lo que me provocaba, tantos minutos sin oírlo, tantos segundos necesitándolo.

Hoy por la mañana algo me movió, algo me hizo sacar un cuaderno y comenzar a escribir una carta para tratar de desahogarme, decir cosas que tenia adentro atoradas luchando por salir.


Necesitaba verlo, y necesitaba que supiera muchas cosas, lo viera o no, iría a dejar mi carta, le envié un sms diciéndole esto, para así darle oportunidad a negarse, no podía obligarlo a verme.


El día transcurrió con mucho nervio, se acercaba la hora de la salida y mis nervios incrementaban. Las 9. Salí y en lugar de tomar el metrobus como siempre, me fui caminando por esas callecitas empedradas de la chimalistac para el metro.


Por el camino estuve pensando tantas cosas, con una ilusión en mi corazón, con esperanzas vivas.


Llegue al metro, en el recorrido volví a releer mi carta, esperaba que pudiera entenderme al leerla, esperaba poder transmitir lo que siento.


Centro médico, mi parada. Baje y Salí, como lo hacía hace unos meses día a día, para llegar a encontrarme con aquel que me hacia feliz.


Cada que avanzaba mas iba caminando más lento, el miedo estaba sustituyendo al nervio. Llegue a la salida del hospital, identifique su ventana y me entristecí al ver las luces apagadas.


Entre al edificio, subí el primer piso, saque mi cuaderno y desprendí la hoja que incluía las que tal vez sean mis últimas letras en papel para él, la doble, saque el llavero que me dio cuando estuve en el hospital y le quite la llave de la casa de Gerardo, metí todo en mi bolsa del pantalón y respire hondo, tres pisos más arriba no sabía que me esperaba.


Llegue a su puerta, estaba convencido que no había nadie, la luz estaba apagada cuando había llegado, tome la agarradera de la puerta, cerré los ojos y suspire, tocaría solo para dejar constancia en ese pedazo de madera que ahí había estado, aunque no esperaba que nadie me abriera.


Con miedo, y tomando valor, toque. Mi sorpresa fue más que enorme cuando me abrió la puerta. Ahí estaba el, para mí, solo él estaba ahí. Me invito a pasar y durante casi dos horas pude platicar con él.



Me dolió escuchar de su voz todas esas cosas que ya intuía, que en el fondo sabia, darme cuenta de que todas mis estupideces estaban dando sus frutas, que pude haber sido feliz y lo eche a perder.


Había momentos que no podía dejar de mirarlo, solo lo veía y pensaba cuanto lo quiero, cuanto lo necesito. Si hubiera tenido el valor o incluso el cinismo, habría rogado porque no me dejara, pero no lo hice.



Me fui, no tarde en comenzar a llorar, no quise hacerlo delante de el, no se porque, baje lentamente tratando de sobreponerme, antes de salir del edificio puse EL MIEDO QUE, y me fui.

Me dolía el corazón, me dolía el alma, estaba enojado conmigo, enojado con la vida, con las circunstancias. Me fui muy despacio hacia el metro, rodeando el hospital, poco a poco me calme y seguí mi camino.


Aun veo en tus ojos ese sentimiento que nació entre los dos, aun quiero estar a tu lado, y tienes razón en todo lo que dices, no mereces eso, y lo respeto.

Pero no estoy seguro de poder resignarme, quiero luchar por ti, quiero demostrarte que puedo ser esa persona que te prometí, y no con palabras, quiero que lo descubras, que sientas el deseo de estar de nuevo conmigo.


Congruencia, es todo lo que necesito, y además de hacerlo por mí, lo hare porque no pienso perderte.


El tiempo me dará la razón, o me la negara nuevamente. Si bien, te encontré cuando menos lo esperaba, llegaste sin avisar y me cambiaste el mundo. Si bien, no estaba buscando el amor, lo encontré y lo agradezco. Si bien te hice daño, pondré todo mi esfuerzo en repararlo. Si bien hoy me niegas tu abrazo, hasta el momento en que logre estar de nuevo contigo sobreviviré con los recuerdos de todos los que me diste.



Y por último, porque es otra de las cosas que he traído en mi cabezota hueca, esta frase que hace unos días construí en mi mente sin querer, que me duele y que me hará recordar cómo deben ser las cosas.


Y quedaras como la prueba de lo imbécil que puedo llegar a ser.


Y hoy esta rola me hizo terminar de sentirme fatal, para ti Rubén, aunque nunca sabré si lees todo lo que te escribo.


El video fanmade vale realmente la pena, es hermoso¡¡¡¡¡¡



Isaac M. Mendoza
zakitobaby@gmail.com

No hay comentarios: