22 febrero 2013

HASTA LA MADRE

Hace mucho que no tenía tantas ganas de llegar a mi casa. Vengo hecho un desmadre de emociones. Estoy hasta la madre de cómo funcionan las cosas. Hasta la madre de la inseguridad, de vivir con miedo, de tener que soportar a esas pinches ratas que aquejan, maltratan, afligen, roban mi ciudad.
 
Hoy no fui yo la victima pero pasaron ciertas cosas muy particulares que me tienen hecho este torbellino, que me tienen con el vacio en es estomago, con ansiedad, con coraje, con los puños apretados y la lengua seca.

Ya en alguna ocasión tuve la oportunidad de darme el gusto y la satisfacción de meter a una de esas malditas ratas gordas a la cárcel, y hoy la frustración es porque estuve a nada de volver a hacerlo, de dar una de cal por tantas que me han echado a mí y a los míos encima.

Sé que a veces las pasiones me dominan, y muchas veces defender lo mío me ha traído mas soluciones que problemas, pero nunca voy a renunciar a mis ideales y hacer lo que creo que es justo, aportar ese pequeño grano de arena que  desnivele la balanza.

… y esta es la historia que me paso hoy, insignificante para cualquier otro pero que a mí me tiene debatiéndome acaloradamente.

Salí del trabajo, apenas hace dos días que disfruto de mi nuevo horario, y salgo a las 5 Pm en lugar d de a las 8 que me dejaba sin tiempo de nada. como siempre hago, me subí a mi ecobici y me dirigí a mi destino, un metro cercano.
Y como siempre que voy en la bici, iba de muy buen humor, aprovechando ese momento que tengo para mí y pensando algunas cosas. Llegue al cruce de Cuauhtémoc con Álvaro Obregón, y me disponía a atravesar un camello para cruzar la calle, antes de pasar el cruce, en medio de mi camino había dos sujetos en una situación interesante que tarde dos segundos en procesar

Estaba viendo un asalto, o el fin del mismo mas bien, la maldita rata, un tipo de 167 aprox, moreno,   chacalon, con toda la finta de ser de la colonia de enfrente, (la doctores) se alejaba de la víctima, un tipo bien arreglado, bien vestido, de 30 años, (después me entere de su edad exacta) y que tenía cara de que chingados está pasando.
y no termine de entender en el momento porque el asaltado no hacía nada por defenderse, por llamar la atención, por seguirlo o por hacer algo demonios ¡
La rata se fue tranquilamente pero a paso firme caminando sobre Álvaro Obregón en sentido de Cuauhtémoc a Mérida
Entre que vi y llegue al asaltado paso un segundo y medio, la rata apenas estaba a unos 10 metros y me pare enfrente del chavo asaltado (al que llamare a Martin para no andar diciendo el asaltado)

    -¿estas bien? le pregunte  .-Sí. Contesto
-¿qué te quito? insistí. –Mi celular

No dije nada más y arranque la bici con una sola idea, y con mi cabeza llena de coraje. Las 5 de la tarde, el cruce de dos avenidas llenas de gente, y nadie hace nada, esto no puede ser, me hervía la cabeza sin saber bien porque. “este cabron no se me va ir” era lo que pensaba.

Tome la decisión que algo tenía que hacer y si nadie más quería yo sí, seguí en la bici sobre lo banqueta a un costado del parque Pushkin, vi a la rata apresurar el paso y llegar a Morelia, dio vuelta a la derecha y seguí en sentido contrario de los carros.

Yo llegue a Morelia atravesando el parque, a una prudente distancia de unos 20 metros tratando de parecer desapercibido, el plan era simple seguirlo, y cuando viera una patrulla echársela encima, pero la muy rata al llegar a Colima paro un taxi que para su puta suerte iba pasando, acelere, este hijo de puta no se me iba a ir así de fácil.
Se subió al taxi, pero sin pensarlo mucho por el coraje, me puse frente al taxi que paro, me puse en la puerta que acaba de cerrar la rata y que traía el vidrio abajo, le dije al chofer “No te lo lleves, ese pinche cabron acaba de robarse un celular”

La rata se quedo con cara de que pinches pasa, y tardo en reaccionar, el taxista le dijo bájate y se salió y corrió en sentido contrario a los carros sobre Colima, con dirección a Frontera, no sé porque pero no tenía miedo, en ningún momento se me ocurrió que el tipo trajera una navaja, un tubo una pistola lo que fuera, yo solo estaba decidido a recuperar ese celular, poner al tipo en una patrulla y refundirlo en la cárcel por culero.

La patrulla no aparecía  yo llevaba la ventaja de andar en bici, después de unos meses de andar diario sobre ella creo que he agarrado condición y el tipo en algún momento se cansaría de correr.

Dio vuelta a la izquierda en Mérida y nuevamente quiso parar un taxi, pero antes de que él se parara le hice señas para que no se parara y no sé por qué motivo me hizo caso y así dos veces más, de la patrulla ni sus luces.

 Seguimos por Tabasco, luego Mérida y llegamos a Álvaro de nuevo, y que aparecen la esquina Martín  una vez más el tipo no hizo nada, lo dejo pasar como si nada, me encabrone, el tipo atravesó y llegue con Martin, "que cel. traías "un Iphone" *mas coraje  la rata no se va a salir con la suya como que se le paso la conmoción y se dio valor, hizo señas de querer acercarme y pararme de una buena vez, lo tenía a tres metros y le dije "párate ahí cabron, ni me hagas nada, te están viendo" como que la pensó y se siguió para mi puta suerte el siga no me favorecía para cruzar.

 Aparece la bendita patrulla sobre Álvaro, le digo a Martin, tu ve por la patrulla y yo lo sigo, que le hablen a mas Pinche calle atascada de carros que venían hacia mí. un mercado y poco espacio para maniobrar el tipo me saco como 25 metros.

Lo perdí, entre que trate de pasar entre los carros, tanto carro que no entendía y no me facilitaba las cosas, el tianguis, gente que no se movía Recordé que yo traía un cel y quise marcar a emergencias, pero no me acordaba del numero, me desespere, pregunte a la gente si lo vieron, nadie Total, ya terminemos, perdí a esa pinche rata, se salió con la suya, me acerque a una cabina y ya con el numero en mente marque al 066.

En menos de un minuto tenia a tres patrullas para mí, pero seguramente la rata ya iba en un taxi hacia su natal Doctores, les conté a los polis lo que paso, como que no me imaginaban persiguiéndolo en la bici, después llego Martin en una patrulla; nada pudimos hacer ya, me sentí frustrado y lleno de coraje, aunque no hice nada malo, le ofrecí una disculpa a Martin por no poderlo ayudar después de contar cada uno nuestra versión y pasados unos 15 min me fui, que mas podía hacer.
Cambie la bici para resetear tiempos y fin.

Y para crispar más mis ya destrozados nervios, que trataba calmar sobre la bici dando una vuelta por el centro, iba sobre Bolívar casi con 16 de septiembre, y justo volteo a la izquierda y suena una explosión, de una coladera salió una flama de unos 3 metros y justo iba pasando por ahí un señor, me quede en shock literal, se que las instalaciones eléctricas hacen eso a veces en el centro, pero nunca había presenciado algo así  ver al tipo quemado termino con mis defensas y me sentí bastante mal.

Y sigo hecho un torbellino con todo lo que paso en menos de una hora, solo quería desahogarme, gracias por leer.


Isaac M. Mendoza
zakitobaby@gmail.com