23 mayo 2010

CRÓNICAS DE SAN MUNGO -.- PARTE 1

Sin lugar a dudas estar internado en un hospital es toda una experiencia, mas cuando es tu primera vez, y llegas ahí sin conocer mucho sobre lo que es la estancia en un lugar de estos.

Y miren que al menos yo debería tener algo de nociones al respecto, después de un papa con un trasplante de cerca de 30 años, que cuando viví con él era el pan de cada día salir corriendo a urgencias por alguna molestia, e incluso pase junto a él una operación, o por otro lado una hermana cardiópata, que lleva dos cirugías a corazón abierto y va por la tercera, pues ni con esto encima sabía lo que me esperaba.

Muchas veces escucharemos decir a la gente que ha pasado por esta experiencia cosas como que lo primero que querían hacer al llegar era salir, que las enfermeras son unas hijas de la chingada, que la comida es horrible, que los baños están más que sucios, que hay cucarachas, que te aburres a horrores y un laaaaargo etcétera.
Pues esta es mi versión de los hechos.

1ª PARTE- LA PRIMERA NOCHE

Después de 4 visitas a urgencias en días anteriores, y de definitivamente no tener ningún avance en mi mejoría, mi muy alterada madre una vez más iba conmigo en taxi a urgencias, con la consigna de pasar por encima del mismísimo Felipillo si era necesario, para que me internaran.

Yo en el fondo también quería que eso pasara, pues empezaba a tener miedo por mi salud, y sabía que era mejor estar en un hospital que en mi cama donde nada ni nadie podría hacer gran cosa por mí.
Llegamos como a las 10 de la noche, yo estaba en el punto que no podía sostenerme en pie por mucho, caminar me causaba gran malestar, e incluso respirar me dolía. Mientras esperábamos que en recepción nos atendieran, donde por cierto no había nadie, estuve a punto de desmayarme por el esfuerzo de estar parado, mi ama me llevo a sentar y regreso a la fila.

Después de aproximadamente 1 hora, que en si fue poco tiempo para ser urgencias, me llamaron, pase con el médico, y le indique lo mismo que le había dicho a sus 4 colegas anteriores, y mi madre hizo su parte insistiendo que a su parecer, necesitaba ser internado porque no estaba mejorando.

Me mandaron a hacer los estudios de base para saber cómo andaba en ese momento, EGO, biometría y química; con gran esfuerzo me arrastre (jeje poco falto) hasta el laboratorio que esta a una distancia considerable, pues no había sillas de ruedas disponibles. Al llegar me entregaron un frasco para mi EGO, y oh sorpresa, Después de casi 30 min a mi vejiga no le daba gana ceder tantito liquido.

Después de unos 15 min mas por fin pude medio llenar un poco el frasco, esperamos una hora los resultados y regresamos a urgencias con el doctor, yo me quede en una sala de espera y ya solo paso mi mama.

Los resultados habían arrojado algo que podía dar entrada a que me internaran, y que antes no había: hipokalemia e hiponatremia. En lenguaje entendible, tenia los niveles de potasio bajos, en mi caso, en el suelo, casi nada. Por eso mi falta de fuerza.

En menos de 10 minutos me llevaron al área de camas de urgencias, y estaba todo listo para ser ingresado, me dieron una batita que he de decir estaba muy mona, era nuevecita, azul rey, que por cierto, fue la única decente que me dieron en todo el tiempo que estuve ahí, porque ya en piso me daban cada garra, que bueno.

Me asignaron una cama, que por cierto también estaba mona, pues era un área aislada, era un cuarto aparte, solo había dos de estos en esa área, y no sé porque me dieron uno de esos, tenia clima y toda la cosa, entre y mi mama me ayudo a cambiarme, lo cual incluía quitarse hasta los chones, y yo con mis pudores, no no no, eso es una de las cosas que si no me gusto, todo el tiempo tenias que andar con el tesoro al aire, solo resguardado por la bata.

Mi mama me dejo ahí y se fue a arreglar papeleo. Para esto ya eran aproximadamente la 1 de la mañana, poco más o menos, Después de un rato llegaron dos que supongo eran internistas, (aquí si no voy a explicar, resulto muy conveniente haber tenido un ex que fuera medico, consignase uno que les explique los rangos en la medicina para que les cuente si no saben), con un carrito con harta cosita de hospital.

Yo nada mas veía como sacaban paquetes, líquidos, guantes, como que se preparaban para algo, y yo así de x_X, pues que me van a hacer ¿?. De repente que me bajan la cabecera de la cama, con lo cual entre mi incapacidad para mover la cabeza porque no tenía fuerza, y mi rango de visión limitado, ya no me entere de mucho, solo Sentí.
Me indicaron que me iban a poner un catéter, que eso iba a ayudar para que mientras estuviera ahí, pudieran suministrarme el medicamento más fácil sin tener que volverme a picar. Ya Después me entere que mi mama tuvo que firmar para autorizar esto, pues se puede decir que es una microcirugía.

Primero me lavaron el brazo, me desinfectaron y buscaron una vena, y ahí empezó mi cruz, mis pinches venas estaba muy chiquitas y para el catéter se necesita una vena grande, según ellas la encontraron, y hasta me da risa, solo me dijo “piquetote” y zaz santo ángel de la independencia, eso no debió haber sido cualquier aguja, neta que no soy chillón para que me saquen sangre, pero esa madre si dolió.

Pero ahí no acababa la cosa, pues además del “piquetote”, la medico movía la aguja, como buscando el camino de la vena, no hablaba pero como que me revolvía mucho y algo me decía que la cosa no iba bien, mientras ella maniobraba la aguja la otra me siguió explicando lo que me hacía, iban a meterme una cánula, que es una especia de tubo delgado, a través de esa vena, hasta llegar a una arteria principal, es decir tenían que meter unos 40 cms mas o menos de cánula.

Ya imaginaran mi cara, yo calladito calladito, pero de sentir la aguja y pensar que me iba a entrar esa madre, se me hizo chiquitito, y más cuando la babas de la medico le dice a su compañera que no entraba, que la vena no estaba buena, y saco la aguja.

Pues sí, la hija de la chingada me volvió a picar, esta vez vi la aguja, y era una señora aguja, parecía más una broca de taladro para concreto, ni que hacer, solo esperar que esta vez la pendeja le atinara y pudiera acabar eso que estaba doliendo mucho.

Y afortunadamente así fue, Después de la tortura de sentir como avanzaba la cánula por mi vena, vino la cereza del pastel, me dijo que ahora iba a sentir piquetitos, que la aguja era muy muy delgada, pero que por lo mismo dolía más que la gruesa, yo no le creí, según mi lógica la grande debería doler mas, pero bueno, comprobé que no, por lo que Sentí, porque no me dijeron que rayos hacían, supuse que con alguna aguja pequeña estaban cociendo el catéter a mi piel para que no se despejara, y que creen, efectivamente, la agujita muy cabrona dolía más que su señora madre.

En ese punto me di cuenta que mi madre me veía muy seria desde el vidrio, cuando las cabronas estas acabaron la dejaron pasar, y estuvo un buen rato, mientras las enfermera entraba y salía, me administraba suero y algunos medicamentos, como a las 4 de la mañana me llevaron a rayos X para sacar una placa, mas tarde en regresar cuando vas de nuevo porque no había salido bien.

Después de eso, y considerando que yo no me podía parar ni moverme, la enfermera me puso un pañal, si escregutos, un pañal, que cosas ando yo confesando, pero era para evitar accidentes.

Ya para esa hora sacaron a mi mama y me dejaron solo, me cambiaron de cama, ya con los demás, supuse que solo había estado ahí para que me pusieran el catéter, y me quede ahí despierto hasta que amaneció, no pude dormir, tal vez no me daba cuenta y hasta ahorita que lo analizo lo reconozco, estaba rebasado, entre el miedo, la confusión, lo nuevo de todo eso que pasaba, y el miedo a lo que pudiera venir, no pude dormir nada, a pesar que llevaba dos días, con ese tres sin dormir absolutamente nada.

Como a las 9 de la mañana empezó a haber actividad, algunos doctores pasaban y revisaban las notas pero ni me pelaban, me llevaron el “desayuno”, y lo pongo entre comillas porque eso no era un desayuno, esta es la única vez que me queje de la comida, pero neta era de asco; una manzana medio hervida, una especia de bizquete con un pedazo de queso en medio y un te sin azúcar.

Me lo comí porque mi madre me lo metió casi a la fuerza, pero casi vomito, mas desabrido y feo no pudo ser.

Hasta aquí por el día de hoy, Después les contare de cuando me ingresaron a piso.





Isaac M. Mendoza
zakitobaby@gmail.com

21 mayo 2010

¿GRANDECITO?

Hola mis escregutos, hoy vengo un poco profundo y se me metieron el otro día unas ideas a la cabeza, bueno, mas bien regresaron porque esto que te planteare hoy ya lo había meditado antes, pero como estos días tengo tiempo libre extra, pues como que me pongo mas intenso y me hecho unos viajes mentales de los buenos.

Al día de hoy cuento con un poco mas de 22 años, con los cuales a pesar de los subes y bajas me siento muy a gusto, claro que como cualquier vida normal, ha habido cosas buenas, y malas. Dentro de las cosas malas están los problemas familiares, económicos, personales, etc.

Y yo no se si esto les ha pasado alguna vez, pero llega un momento en que tantos problemas, conflictos y enredos nos rebasan, creemos llegar al limite, la histeria nos gobierna y no sabemos como liberar un poco de presión.

Les mencionaba la cuestión de mi edad porque tiene mucho que ver con mi “punto”, pues en ocasiones, esta puede ser un factor para actuar de cierta manera, y en el caso de que las cosas salgan mal, podamos justificarnos en nuestra “inmadurez” o falta de experiencia.

Espero estar siendo claro. La cuestión es que muchas veces actuamos de acuerdo al kilometraje recorrido, y hasta podemos llegar a ser predecibles, lo cual no tiene porque ser bueno o malo, tu le darás la intención que quieras.

El problema es cuando llegamos a usar esto como pretexto para cometer errores o justificar actos que no serian bien vistos, y es común oír el clásico, “no sabia lo que hacia”.

A veces hasta es cómodo y puede llegar a ser un recurso valido y muy usado para explicarnos ante los demás, para ofrecer disculpas y junto con una cara de perro regañado, solucionar las cosas.

A veces, en cierta edad, digamos, antes de los 20, podemos hacerlo con frecuencia, y mas si tienes una zona de confort segura, esto es una casa propia, liquidez económica, ya sea por trabajo propio o manutención familiar, estabilidad emocional etc; y podemos hacerlo incluso de manera inconsciente, incluso sin que nosotros lo veamos, la gente a nuestro alrededor echara la culpa a tu comportamiento precisamente por ese motivo: tu edad.

Pero el punto al que quiero llegar es el siguiente, ¿hasta donde podemos utilizar este recurso sin llegar a vernos ya sinicos, o inmaduros?

No negare que algunas veces, o tal vez varias en el pasado, use este factor como justificante, pero en mi caso de otra manera, mas bien lo usaba como una especie de refugio, mi edad era un permiso para por momentos dejarme caer y ser inmaduro por un momento, era lo que me daba permiso a auto compadecerme y dejarme compadecer por los demás.

Llorar sin tener que dar explicaciones y decir que por mi inexperiencia no sabia como actuar, que no podía controlar mi entorno y sentirme abrumado, y no sentir culpa por eso.

Y regresando ahora si al punto, les cuento esto porque hace unos días, escuchando discutir a mi mama, llegue como al limite en mi cabeza, y me dieron ganas de llorar, lo cual ella me reprocho y me dijo que si no estaba ya grandecito.

Entonces... ¿a cierta edad ya no debes sentir dolor?, ¿las emociones tienen fecha de caducidad? ¿el corazón se dedica realmente solo a palpitar a partir de cierta fecha?

Se que estas interrogantes son metafóricas, pero a veces si me pregunto si a cierta edad ya no puedes usar la edad como pretexto para hacer las cosas mal, como herramienta para justificarte, refugio para llorar o factor para mover tus piezas.

Y no veré si esta bien o mal, si es un acto de inmadurez, o de inteligencia emocional, pero creo que todos tenemos derecho a por un momento echar mano de lo que tenemos, y si por ser joven puedes o también, porque no, viejo, echarte a llorar sin culpas, ¿porque no hacerlo?


Isaac M. Mendoza
zakitobaby@gmail.com

14 mayo 2010

¿ON TA ZAKITO?

Hooola mis queridos y extrañados escregutos, como han estado, me han extrañado???

Yo se que si, jeje no mientan. La verdad es que este blog ya tiene hasta telarañas, pero no ha sido por gusto, si en verdad me ha hecho falta el blog para desahogar tantas cosas que me han pasado últimamente, pero no había tenido la posibilidad.

Se puede decir que estoy como la princesa del cuento encerrada en la torre más alta custodiado por la bruja mala y esperando a su.... si, a su príncipe, jaja.

No ya en serio, tratare de resumir, aunque resumir estos cuatro meses no será tan sencillo pero haremos el intento.

He estado enfermo, empecé a finales de enero con problemas estomacales, que por no atender se complicaron y que provocaron que bajara de peso y perdiera fuerza en pocos días, para que se imaginen, baje unos 15 k, imaginen que soy delgado, pues estaba hecho un palo, que digo, una astilla.

Dure así en mi casa como un mes, sin salir, y no porque no quisiera, si no porque literalmente no podía, algunos amigos cercanos me visitaron y apoyaron en lo que estuvo a su alcance, y claro, también Rubén estuvo al pendiente, aunque ninguno consiguió convencerme de ir al doctor.

Yo no sé qué tan mal me vería, digo, si me veía en el espejo, pero creo que mi apreciación no cuenta, pero el punto es que uno de mis vecinitos que aprecio mucho y también estuvo muy preocupado y al pendiente de mi, vio que yo andaba mas pa' allá que pa'ca, y se puso de acuerdo con mi buen amigo Rojas para localizar a mi ama o a mi hermana e informarles lo que pasaba, cosa a lo cual yo por supuesto me había opuesto, ya saben, no tenemos buenas relaciones.

Mi madre fue por mí y me llevo al hospital, cosa que en parte fue bueno, pues si estaba mal, pero eso también implicaba que dejaría mi casa, mi independencia, mi libertad, y me ataba a los grilletes de mi madre, cosa que por un momento pensé que estaría bien, lo vi como una posibilidad de estar con mi familia, y hacer las cosas bien.

Nos asentamos en casa de mis abuelos, cosa que tampoco me hacía gracia, pero mi palabra ya no tenía mucho peso a estas alturas. En urgencias me mandaron un tratamiento que no parecía estar dando resultados, y de hecho con los días seguí poniéndome peor, cada vez sentía menos fuerza y prácticamente me la pasaba acostado.

Después de 3 visitas a urgencias, en las que nos regresaban con mas medicamento inútil a casa, la cuarta fue la vencida, les contare que salí a mi mama en eso de ponerme heavy a veces, y en esta ocasión ultima mi mama me llevo muy tarde, en la noche pues mi diarrea había empeorado, prácticamente ya no tenía fuerzas ni para sostener mi cabeza, no me podía levantar, menos caminar, hasta respirar me dolía, sinceramente si me sentía mal y no veía nada bueno adelante.

Me hicieron estudios de emergencia (porque nadie me había hecho un estudio para ver que rayos tenía en la panza??? una anaconda seguro¡¡¡), los cuales arrojaron una perdida casi total de electrolitos, potasio, y muchas cosas que no recuerdo, bueno mas bien, tenían nombres que no recuerdo.

Por fin fui internado como a las 12 de la noche, y por primera vez en mi vida pase la noche en un hospital, ya en otra entrada les contare con mas detalles como la pase ahí, porque eso es muy bien material que se merece una futura entrada.

Pero por ahora puedo resumirlo solo como el lugar y momento que me salvo, yo no sé que habría pasado de no haber sido atendido en aquel momento, pero seguro nada bueno, y al contrario de lo que mucha gente dice, yo me la pase muy bien mientras estuve hospitalizado, conocí gente que estaba en peores condiciones que la mía, me comporte como un niño en algunas ocasiones, hice amigas enfermeras, conocí a una loquienfermera, tuve dos experiencias sobrenaturales, una que incluyo a mi padre y otra en la que tuve un acercamiento con el de allá arriba, me pusieron un catéter que incluía una agujota marca diablo que me dolió harto bastante, me atascaron de suero, me sobrealimentaron como puerco (la cocinera me consentía con lo que yo quería y hasta era al único que le dejaba una jarra con agüita de sabor, que en realidad era tang muy rebajado :( jejeje), uy no, muchas cosas, pero lo ms importante, es que me ayudaron a recuperarme y en menos de diez días, salí de ahí caminando y mucho mejor.

Sigo en recuperación, al día de hoy aun no estoy al 100%, por ejemplo, hace unos días fui yo solo a la raza, pues tenía cita para unos estudios, y cuando cruzaba la calle que cambia a rojo el semáforo, y trate de correr para no ser planchado, y mis piernas no mas no quisieron las muy huevonas, tampoco puedo brincar, y si me canso si camino mucho, pero a comparación de como estuve hace unos meses, esas son cosas mínimas.

Ahora lo malo de este cuento como les conté al principio es que literalmente estoy custodiado por una bruja malvada (si, mi ama), la cual, después de ser linda y según comprensiva, mostro su verdadera cara, (porque nunca te hago caso Xito, harta razón tenias en la bocota, esas nunca cambian), me tiene aquí, sin dejarme salir, sin poder hablar por teléfono, de hecho me confisco mi cel, así que si alguien de mis amigos había intentado llamarme, ya saben porque no entra la llamada, y con la amenaza de que ante cualquier comportamiento que ella considera inapropiado, zaz, pa' fuera.

Por ahora tratare de no preocuparme de ese punto, ya en su momento veremos cómo huyo de la torre, como sea ahora me es mas conveniente estas aquí, pues no tengo que preocuparme por trabajar para pagar nada ni me falta comida, ahora lo importante es recuperarme, además debo estudiar para presentar mi materia que me mantiene atorado en primero, y después ya veré como traigo mi vida de regreso.

Pero bueno, ya me desahogue un poquito con ustedes mis escregutos, espero estar mas en contacto con ustedes, y sigan al pendiente del blog, si no ven nada nuevo, pues váyanse desde el principio a leer mis crónicas, hay más de 200 entradas esperando ser leídas jeje.

Saludos a todos y un gran abrazo marca Snorlax para todos ustedes.

Isaac M. Mendoza
zakitobaby@gmail.com